Glaciarismo.

Glaciarismo.
Pirineos desde el aire.

viernes, 1 de diciembre de 2006

INTRODUCCIÓN

1. ¿Qué es un glaciar y cómo se forma?
Los glaciares son masas de hielo que, bajo la acción de la gravedad, se mueven desde la zona de acumulación a la zona de ablación y que pueden transportar derrubios tanto en la superficie como en su interior. Se forman en regiones donde la precipitación anual de nieve supera la cantidad que se funde y evapora en el verano. Se asocian con más frecuencia a las zonas cercanas a los polos, pero pueden encontrarse en muchas áreas montañosas. La nieve acumulada año tras año se transfoma gradualmente en hielo. Los cristales de nieve caídos el año anterior recristalizan dando granos redondeados que se denominan neviza. Con el tiempo, la neviza queda enterrada por la nieve caída posteriormente y se hace cada vez más densa, a la vez que los huecos ocupados por el aire disminuyen. En unos pocos años se forma hielo blanco. Esta transformación, en zonas con poca fusión superficial, como Groenlandia y la Antártida, puede llevar cientos de años. Cuando la acumulación de hielo es importante, los cristales continúan creciendo y el aire es expulsado casi por completo, obteniéndose así el hielo azul característico de los glaciares.
2. Tipos de glaciares.
La clasificación más general se hace atendiendo a su tamaño y a la relación con la topografía que cubren y que los rodea. Se distinguen cuatro tipos principales:
• Grandes casquetes: son grandes masas de hielo que cubren por completo el relieve sobre el que se asientan, excepto en las zonas marginales. Existen dos grandes casquetes, el de Groenlandia y el de la Antártida. Este último alcanza espesores de más de 4.000 m y almacena el 85% del agua dulce de la Tierra.
• Pequeños casquetes: también cubren grandes áreas, aunque inferiores a 50.000 kilómetros cuadrados. Los más conocidos son los de Svalbard y los de Islandia.
• Glaciares de valle: en este caso el hielo no cubre por completo la topografía, sino que está canalizado por ella. Se encuentran en zonas de montaña, ocupando el fondo de algunos valles, por los que el hielo descarga hasta alcanzar zonas más cálidas.
• Glaciares de circo: son pequeñas masas de hielo que se localizan en las cabeceras de los valles de zonas montañosas y ocupan depresiones denominadas circos. (este tipo y el anterior se conocen conjuntamente como glaciares alpinos).
3. Dinámica y relieve glaciar.
Los glaciares son agentes geomorfológicos muy importantes. El hielo se desplaza lentamente sobre el relieve, comportándose como un material plástico, erosionando en unas zonas y transportando y abandonando materiales (sedimentos) en otras. La erosión glaciar comprende diferentes mecanismos: 1. arranque de fragmentos y 2. desgaste y abrasión. Los materiales, una vez incorporados al hielo, pueden ser transportados grandes distancias hasta que son abandonados en la zona de ablación. Si se encuentran en la superficie o en el interior del glaciar no experimentan grandes cambios durante el transporte. Pero los materiales que viajan en el contacto hielo-roca se van desgastando y redondeado, adquiriendo formas características, como los bloques "en plancha". En esta zona, el desgaste tanto de los detritos en transporte como del sustrato sobre el que se deslizan produce gran cantidad de materiales finos (arcillas) que se denominan harina glaciar. En la zona de ablación, cuando el hielo se funde, es donde los glaciares depositan la mayor parte de su carga. Estos materiales, en general con formas angulosas, tamaños variados y sin clasificar, se denominan till. En ocasiones el till se presenta dando formas de relieve características que se conocen con el nombre de morrena. Dependiendo de la posición que ocupen, se distinguen: morrenas laterales, centrales, de fondo y frontales.
4. Glaciaciones.
Mediante el estudio de las rocas, se puede reconocer que hubo glaciaciones desde finales del Precámbrico, aunque parece que los periodos cálidos (interglaciares) han sido más importantes que los periodos fríos (glaciares).Se cree que esta alternancia de periodos glaciares e interglaciares está provocada por cambios en la cantidad de radiación solar que alcanza la Tierra. Además de estos cambios climáticos a escala global, existen otros que pueden afectar a una masa continental de forma individual: el desplazamiento de las placas litosféricas hace que las posiciones de los continentes cambien con el tiempo. También debe considerarse la relación entre el clima y la topografía a escala regional, ya que la forma del relieve puede determinar la formación y morfología de los glaciares. El último máximo glaciar se calcula que tuvo lugar entre hace 22.000 y 10.000 años, aunque ya desde principios del Neógeno se sucedieron varios periodos glaciares e integlaciares. Recientemente, del s. XV al s. XIX, se produjo un enfriamiento que provocó un avance importante de los glaciares. Los efectos de este periodo, en el que las temperaturas en la superficie fueron de 0,6º a 1º C inferiores a las actuales y que se conoce como Pequeña Edad del Hielo, fueron observados directamente por muchos habitantes de Europa. Durante la PEH la actividad solar fue menor, coincidiendo con los mínimos de Dalton, Maunder y Sporer. Sin embargo, la correlación entre estos mínimos y la PEH aún resulta problemática.

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